viernes, 28 de febrero de 2014

ENTRE GÁRGOLAS EN CIEZA

Hay veces en los que estos pequeños detalles de arquitectura popular pasan desapercibidos en un primer vistazo ante todos. Al final de la calle Larga en pleno casco viejo de nuestro pueblo, descubrimos elementos que parecen pertenecer a otro tiempo y sin embargo alguien ha incorporado como guiño en su edificación. Y es que no podemos estar más de acuerdo con Michael Sorkin cuando él se hace esta pregunta: “what is a great city if it is not full of serendipity and surprises?” (SORKIN, 2010) 


Desde wikipedia rescatamos el por qué de estos extraños elementos.
El origen de las gárgolas se remonta a la Edad Media y se relaciona con el auge de los bestiarios y los tormentos del infierno. Cierto es también que la imaginación de los artistas medievales estaba abonada por mitos aún más antiguos. De hecho, las primeras gárgolas fueron bautizadas con el nombre de 'grifos', o bien evidenciando así su raigambre clásica. No obstante, la iconografía gargólica no se limitaba a la mera representación de grifos, sino que plasmaba, además, otros seres fabulosos que podían tomar la forma de animales, seres humanos o una mezcla de ambos; pero siempre representados de manera más o menos monstruosa. En la época actual podemos encontrar la serie Gárgolas que representa los poderes supuestos mitológicos que estas rocas con forma monstruosa desempeñaban.

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